Fundación Chilena de Ajedrez Social y Terapéutico

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Ofrecemos servicios especializados de diseño, ejecución y evaluación de iniciativas de ajedrez educativo con profesionales de las áreas de la psicología y pedagogía en formato presencial para la región metropolitana y modalidad online en el resto del país.
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BENEFICIOS DEL AJEDREZ EDUCATIVO

El denominado ajedrez educativo posee amplio desarrollo en países tales como Argentina, Uruguay y Colombia, el cual pretende acercar a niños y niñas los beneficios cognitivos y socioafectivos del juego de una manera esencialmente lúdica, utilizando diferentes recursos y dinámicas, ya sea de manera transversal o interdisciplinaria al interior del aula.

Nuestra metodología es de carácter eminentemente lúdica y se transforma en la puerta de entrada hacia la introducción de los rudimentos del juego propiamente tal, de forma tal de favorecer la utilización del ajedrez como herramienta de aprendizaje al servicio de las personas en un contexto grupal e incluso comunitario, más allá de la visión tradicional como práctica individual.

El ajedrez puede ser definido de múltiples maneras en tanto deporte, ciencia, arte, o simplemente un juego de mesa entre dos adversarios que inician enfrentamiento en igualdad de condiciones con la misma cantidad de piezas y que se orienta mediante una batalla estratégica hacia la victoria. Enseñar el juego del ajedrez y fomentar su práctica representa una alternativa de ocupación del ocio y tiempo libre, de fácil acceso y económico. Cuando empieza a conocerse es un juego que divierte y entretiene a partes iguales, a diferencia de la creencia popular que lo considera útil, aunque aburrido.

Adicionalmente, la práctica del ajedrez constituye un excelente entrenamiento de las capacidades cognitivas en general para cualquier persona, indistintamente de su edad, condición o rendimiento intelectual. Este último aspecto es relevante ya que una idea extendida –y errónea-, es que solamente puede ser practicado por las personas inteligentes.

El ajedrez se asocia habitualmente con los beneficios de tipo cognitivo: memoria, atención y concentración, razonamiento lógico-matemático, capacidad de análisis y síntesis, cálculo mental, creatividad, resolución de problemas y toma de decisiones, etc. Sin embargo, la evidencia ha ido demostrando adicionalmente beneficios en otro tipo de dominios referidos a la educación en valores y la inteligencia emocional. En el primer caso podemos mencionar el respeto a las normas y los demás, responsabilidad, honestidad, perseverancia, trabajo en equipo; mientras que dentro de las habilidades emocionales encontramos el control de impulsos, autoestima, autocrítica, empatía, tolerancia a la frustración y sentido de logro.

En consecuencia, el ajedrez conlleva la potencialidad de formar personas de manera integral, mediante una virtuosa combinación entre los aspectos cognitivos, emocionales y valóricos. Uno de sus aspectos más sobresalientes es que enseña a pensar estratégicamente, tomar decisiones y hacerse responsable de las mismas, aspectos que resultan completamente determinantes en la vida de cualquier adulto, y que por cierto son especialmente relevantes en la formación de niños y jóvenes.

Las transferencias o analogías que se pueden extrapolar desde el ajedrez a la vida real no son menores. Con el ajedrez se aprende que cada jugada tiene una consecuencia cuyo resultado es netamente responsabilidad propia, permitiendo aprender de los errores.

Incluso algunos especialistas señalan que el ajedrez contribuye a la formación de ciudadanía, ya que en un espacio controlado y bajo presión como el tablero, éste se constituye en un laboratorio para desarrollar destrezas mentales y habilidades sociales a partir de las interacciones con un tercero, mediante un sistema de reglas que favorece además la adquisición de valores o una ética de comportamiento. Dicho laboratorio o simulacro de la vida real resulta fundamental, ya que de adultos nuestra tarea principal día a día radica precisamente en tomar buenas decisiones y minimizar los errores.

Otro aspecto bastante relevante en la sociedad actual es lo que podríamos denominar la “cultura de la inmediatez”, y que los niños adquieren tempranamente debido a la influencia de la tecnología y la sobre estimulación que esta provoca. La consecuencia previsible es que los niños crecen con baja tolerancia a la frustración y se acostumbran a una forma de interactuar donde esperan obtener lo que quieren de forma casi instantánea con los desajustes que ello implica. El ajedrez es precisamente lo contrario, ya que es un juego que requiere focalizar la atención donde hay que esperar el turno para realizar una jugada y se debe mantener el silencio respetando al contrincante. El ajedrez recupera el valor del silencio como un atributo importante en la formación de Las personas.